Desde siempre mente y manos estuvieron unidas, desarrollando mil y una ideas... pero, quizás faltaba, eso que dicen,... la inspiración con sentimiento.
A mí me llegó un 16 de Mayo de 2006, con el nombre de Laura,
¡cómo no inspirarse con aquella carita!, desde entonces al mirar sus grandes ojos azules, además de sentir una cautivadora tranquilidad, me vienen infinitas proyecciones de cosinas, que con ilusión, mimo y cariño, mis manos intentan realizar....
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